Si te levantas un día con un único pensamiento, plantéatelo, es una intención.
Si te levantas dos días seguidos con el mismo pensamiento, hazlo, es un proyecto.
Si te levantras tres, olvídalo, es obsesión.

Unos lo llaman perseguir un sueño. Yo soy más realista y lo llamo ser ambiciosa.
No me refiero a tener ambición, a perseguir poder y riquezas sino a desear algo con todas mis fuerzas.
Me convenzo de que algún día lo conseguiré.
Pero no basta con desearlo, supongo. Hay que buscar los medios para lograrlo. Y ahí es donde se frena la tenacidad, por lo que probablemente acabará quedándose en un sueño.